jueves, 1 de octubre de 2015

CONAN, EL BÁRBARO

Una de mis películas preferidas siempre fue Conan, El Bárbaro. Fue dirigida por John Millius y escrita por Oliver Stone en 1982 y se convirtió en la presentación oficial de Arnold Schwarzenegger que, gracias a ella, consiguió el pasaporte a la fama. Además fue producida por Dino de Laurentiis, afamado director y productor de los ochenta.
Una aventura épica mostrada con una espectacular fotografía y una, aún más, espectacular banda sonora a cargo de Basil Poledouris. Su música, con inclinación operística gracias a sus coros, fue alabada y reconocida por expertos y críticos. Hasta el punto que esta considerada como uno de los mejores ejemplos de como debería ser cualquier banda sonora. Tenemos que tener en cuenta además, que esta película fue rodada entre Almería, Segovia y Cuenca y eso nos toca un poco más de cerca. A pesar de ser una película con presupuesto, fue rodada con actores desconocidos, o prácticamente noveles, lo que no desluce el film para nada. Tan sólo  Max Von Sydow y James Earl Jones, eran actores considerados en aquel entonces.


La historia comienza con Conan de niño (interpretado por Jorge Sanz). Su poblado fue arrasado y delante de sus ojos ve como decapitan a su madre (Nadisuska), mientras esta le coge de la mano. El niño recordará de por vida este evento y sobretodo el símbolo que movía a este ejercito (dos serpientes enfrentadas). Conan niño es capturado y llevado a trabajar de esclavo. Tras el paso de los años arrastrando un molino, Conan crece fuerte y con una obsesión: la venganza.


Las cualidades para la lucha de Conan le harán merecedor en cierto momento de ganarse su libertad. Tras esa liberación se sentirá perdido y huérfano de un fin. Hasta que un día reconoce el símbolo de las serpientes en un estandarte. A partir de ahí su obsesión por vengarse regresa.



Su aventura le llevará a conocer a amigos y enemigos. Conocerá a Valeria, de la que se enamorará. Aunque ella terminará pereciendo en manos del culto a la serpiente. Lo que hará replantearse de nuevo su finalidad, que es su destino: Destruir ese culto.




El film desembocará en el asalto y muerte del culto y su caudillo y la liberación de todos sus seguidores. Lo cual es corto de explicar aquí pero más extenso en la película. En toda esa aventura hay que destacar la estupenda fotografía (algunas de las imágenes son realmente bellas), pero sobretodo destacaría la banda sonora que acompaña a estas secuencias. Una banda sonora evocadora y majestuosa, que no tiene desperdicio (Más aquí). Es de las poquísimas bandas sonoras que puedo escuchar de principio a fin.




Una película que es un gran entretenimiento. Sin pretensiones y con todo el romanticismo y el saber hacer de aquellos años se convierte en un claro ejemplo de como debe ser un film de aventuras. Una pequeña obra maestra que va mas allá de interpretaciones, efectos o guiones de Oscar. No es necesario nada de eso. Su segunda parte ya no tendría la frescura ni el acierto de esta y puso fin a la saga, a pesar de que había planeada una tercera entrega.


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