domingo, 30 de agosto de 2020

TENET

Me niego a dar el beneplácito a una película por el hecho de que la crítica se haya confabulado para decidir que es una gran película. Sobretodo cuando todo apunta a lo contrario.
Tenet es como lo que su titulo transmite: nada. Una pretenciosa muestra de que no todo vale. Es por esto que esta va a ser la primera entrada con crítica negativa de NostromoCine.

Interstellar y Origen fueron pequeñas maravillas, complicadas de seguir y de entender, pero con una base argumental solida que en las propias películas saben explicar muy bien. El problema es traducir el significado de lo que ocurre mientras se ve la película, sin perderse por el camino. Esto, aún entendiendo como funciona su historia y el contexto de ficción y/o leyes físicas que rigen en el argumento, es difícil en ocasiones y lo sabemos.


Pero en Tenet ya te avisan de que es mejor no entender nada y limitarse a vivir la experiencia. Lo que resulta una excusa perfecta para esconder un argumento basado en algo que ni los mismos que lo han escrito llegan a entender bien. Algo que hubiese sido criticado de forma salvaje en cualquier otro producto comercial. En otra película.


Me recordó en su primera media parte a cualquier película de James Bond. El personaje principal interpretado por John David Washington, que carece de todo lo que pueda hacer interesante a cualquier personaje, es precisamente el que actúa como un James Bond sin carisma. Otro ejemplo con el que comparar este personaje es el de Tom Cruise en la saga Misión Imposible. Donde, de nuevo, Cruise gana en la comparación.

La acción se sucede sin ningún sentido claro, de forma vertiginosa, alcanzando el personaje todos y cada unos de sus objetivos, sin ni siquiera despeinarse. A pesar de que todos ellos son misiones prácticamente imposibles por como las venden. Pero este es el tiempo (los segundos en que hablan del objetivo a asumir en los siguientes 2 minutos), con el que se entretiene el director en hablar de ellos, poco más. Acto seguido ya está conseguido. Hasta a James Bond le resulta más difícil alcanzar los suyos.


Todo este sin sentido, que en otras películas resulta muy criticable, aquí no parece importar a nadie. Lo que vendrá después queda oculto bajo una molesta banda sonora (si se le puede llamar así), que irrita y daña los oídos. Estoy seguro que muchos se han sentido agredidos por esos sonidos electrónicos pasados de volumen que anuncian la acción antes de que esta se de (y que te acompañan como un martirio durante toda la escena). O esos puñetazos marcados con golpes de percusión más propios de un Terminator o alguna pelea de súper-heróes. No termino de entender el porqué de ese elevado volumen.

Tengo que decir que yo termine mareado y con sensación de angustia que se mantuvo durante toda la película. Un malestar que me hizo desear que el sin sentido terminara pronto. Una experiencia así no podría terminar bien. A estas alturas ya me consta que no fui el único.


Ni siquiera el drama matrimonial en el que participa el excelente Kenneth Branagh (lo único interesante de la película) resulta sólido. Quizás sean los momentos más buenos porque se convierten en un oasis de tranquilidad sin la pesada banda sonora torturándote. Como siempre este actor se come la pantalla y es lo único salvable de todo el conjunto.



El caso es que es la primera vez que me siento incomodo e irritado viendo una película. Lo que menos me gustó fue su molesta banda sonora y los efectos de sonido, todo a un volumen exagerado (sin ese volumen quizás no sea tan criticable). Después esta el poco interés en explicar lo que esta ocurriendo en las imágenes. Si ocurren cosas que no entendemos, tampoco sabemos hacia donde va la historia (el porque se va de aquí para allá) y no tiene sentido continuar viendo la película.


No es el mismo caso que en otras películas como las comentadas al inicio. Es fácil que mucha gente no entienda el argumento, aún habiendo explicado claramente lo que ocurre y de que va toda la historia. De hecho recuerdo cuando se estrenó Matrix, donde a pesar de que en la película se explica muy bien que es lo que esta ocurriendo, mucha gente salió con cara de interrogante. No es este el caso.


sábado, 25 de julio de 2020

TRON LEGACY

La mítica película de los 80 tardó mucho años en dar su fruto en forma de secuela. Dejando atrás que aquella antigua película se ha convertido con los años en una obra de culto, esta nueva apuesta supera, como no podría ser de otro modo, la apuesta visual de la primera. Aunque hoy en día no sorprenda, visualmente hablando, como lo hizo su antecesora en 1982. Hoy en día es más difícil sorprender o la gente es menos susceptible a entusiasmarse.

Tron Legacy es visualmente perfecta. Desde su diseño visual hasta sus efectos por ordenador están creados con la elegancia y belleza adecuada para no ser un producto más y para poder perdurar en el tiempo. Pero el éxito relativo de Tron (1982), película que muchos no entendieron y de difícil visionado para la mayoría, no iba a arrastrar a demasiados fans al cine para ver la moderna Tron Legacy. Esto se traduce en un éxito adecuado pero no en un enorme éxito de taquilla. Si a esto añadimos que esta nueva entrega continúa exactamente donde termina la película de 1982, la nueva dejará con cara de interrogante a muchos de los que la vean. Hay que "entender" la primera para poder "entender" la nueva.


Al inicio de Tron Legacy nos explican lo que sucede justo cuando termina la antigua Tron. Esta parte de la película no es en 3D. El 3D se utiliza para dar sentido al mundo de los vídeo juegos y el mundo creado dentro de la red informática. Así que tiene sentido ver Tron Legacy en 3D, creo que es el único caso. Justo cuando se produce la transición hacía el mundo digital la imagen se transformará en este formato, si es que la vemos en 3D claro. Quizás sea la única película donde esta tecnología esta justificada. (atención: ahora se desvela el argumento).


Como decíamos, al inicio el argumento enlaza el final de la primera con esta nueva entrega. Esto es algo que entenderán solo los fans. El niño, hijo del personaje principal de la primera: Kevin Flynn, perderá a su padre y lo dará por desaparecido durante años. Sin saber que este regresó al mundo digital después de las aventuras de la primera Tron, para quedar atrapado definitivamente en ese mundo. Desde los ochenta que nadie conoce el paradero de Kevin. Todo esto se descubrirá viendo esta entrega.


Kevin perfeccionó el mundo digital trabajando durante años desde dentro. Intentando crear vida allí donde nunca la había habido, hasta conseguirlo. Pero Flynn se perdía su vida real cada vez que se adentraba en el mundo informático. Así que decide crear el programa Clu, una copia de sí mismo y le da poder para perfeccionar el mundo digital, aún no estando Kevin en él.
Clu adquiere conciencia de su poder casi al instante de ser creado y su idea de la perfección resulta tener un alcance inesperado, ya que afecta a sí mismo.
Clu entiende que si el "Creador" a llegado desde un mundo exterior, él puede salir del mismo modo. Pero para ello necesita la llave y todos los conocimientos del creador. Así que pone en busca y captura a Flynn, el cual deberá esconderse de Clu en el mundo digital durante décadas. Ya que, si sus conocimientos y la llave de salida (representado por el disco), caen en manos de Clu, este puede invadir con su ejercito el mundo real. Lo que puede tener consecuencias catastróficas.


Kevin permanecerá encerrado en su mundo, escondido sin poder acercarse a la puerta de salida por miedo a ser capturado. Ante todo debe proteger el mundo exterior. Mientras tanto Clu hace de las suyas y construye su ejercito capturando programas para reconfigurarlos como soldados bajo su mando.


Hasta que un día Clu elabora un plan para hacer salir a Kevin de su madriguera (y aquí es cuando empieza esta película). Hace llegar un mensaje al hijo de Kevin: Sam, haciéndole creer que el mensaje es de su padre. Este mensaje inquieta al chico que decide investigar, hasta llegar a la antigua tienda de recreativos de su padre (un momento nostálgico para los fans). Allí Clu lo captura y lo introduce en el mundo informático. El chico es apresado en cuanto entra y enviado a los juegos. Clu espera provocar con ello a Kevin Flynn para que se deje ver.


El momento de los juegos es lo más esperado, ya que aquí se recuperan las famosas motos de luz, que en esta película se salen en cuanto a diseño. Sam será rescatado en el último momento por Quorra que trabaja para Flynn y lo lleva ante él.
A partir de este momento Sam y su padre idearán un plan para escapar del mundo digital y destruir a Clu. Algo que desde el mundo real sería tan fácil como dar a una tecla y eliminar el programa.


El argumento encaja a la perfección con la primera película. Lo cual ya es un mérito en sí mismo. Como explicaba más arriba, será difícil que alguien entienda todo esto, a pesar de que se explica en la película, si no se ha visto la primera entrega. Los conceptos informáticos, aunque sencillos, pueden ser un obstáculo para algunos a la hora de dar sentido a la historia. Este problema ya lo tenía la antigua película de los ochenta (ya hablamos de ella aquí).


Jeff Bridges vuelve a interpretar a Flynn y muestra dos caras aquí. Primero la del padre de Sam, por el que han pasado los años mientras ha estado encerrado en la Red y luego la versión digital de él: Clu, creado por ordenador, lo cual es evidente desde el inicio pero que concuerda con la idea de la película de que el "yo" digital de Flynn sea un ente informático y no real. Ambos personajes son el mismo y al mismo tiempo rivales opuestos. Uno representa lo peor del nuevo mundo digital y el otro la nostalgia del antiguo.




Por todos lados hay guiños a personajes u objetos de la antigua Tron. Como los "cubos", por llamarlos de algún modo, con los que Jeff Bridges juega en un momento de la película. Estos representan a Bit, un compañero de batalla de la antigua película que solo respondía con un "Si" o un "No" (encendido o apagado, los estados posibles de un bit). Es fácil observar, aunque de lejos, a los tanques. Que en esta película no tienen ningún protagonismo. Los Interceptores si se pueden disfrutar de cerca y son mucho más auténticos que los originales de 1982. La batalla de discos, del mismo modo, son espectaculares y en cambio se omite totalmente el juego de "pelota basca" que si apareció en la antigua. También aparece la nueva versión de la nave de luz (foto inferior).
La música electrónica de Daft Punk se ajusta como un guante a la estética y confieren carácter al conjunto.




Uno de los "peros" y que es extensible a ambas películas, la nueva y la antigua, tiene que ver con el titulo de ambas: Tron. Ya que el personaje de Tron es prescindible en ambas películas. Aparece casi como un cameo y en realidad ninguna de las dos películas están protagonizadas por él. Se trata de un personaje secundario que terminamos olvidando más pronto que tarde. Esto es algo que no se termina de entender, no lo entendí en 1982 y no lo entiendo ahora.





En cualquier caso Tron Legacy es un gran entretenimiento con un tema no apto para todo el mundo. Una pequeña joya, pulida y cuidada como ninguna otra. Fría pero también bella y al mismo tiempo austera que se traduce en un delirio de imágenes sin igual.
El argumento queda abierto para futuras entregas, aunque no creo que exista demasiado interés en volver a rodar una de momento. Pero la historia está en un punto muy interesante. Quizás en el futuro veamos como el mundo de la red invade el nuestro...


domingo, 12 de abril de 2020

CLEOPATRA

Si Mankiewicz (el director) hubiese sabido como de complicado iba a ser el rodaje de esta gran película, además de la reducción del metraje original de 6 horas en menos de la mitad, posiblemente nos habríamos perdido esta joya. Ni el director ni los estudios hubiesen apostado por este proyecto.

Cleopatra fue una apuesta demasiado arriesgada para ser verdad. Los estudios Twenty Century Fox estaban al borde de la ruina a finales de los 50 y una producción costosa como esta parecía ser un suicido más que una buena idea empresarial.

Pero en aquellos años las apuestas de productores y directores estaban más guiadas por impulsos y visiones románticas que por el sentido común. Ante la encrucijada, solían correr hacia adelante apostando por lo imposible. Los estudios necesitaban urgentemente un gran éxito de taquilla para recuperar sus arcas vacías.


Después de arduos días de trabajo en Londres donde la metereología no acompañaría, Elisabeth Taylor enfermaría gravemente y los pocos minutos rodados serían un material inservible. El proyecto ya era un costoso e inagotable agujero por donde el dinero se iba, sin apenas trabajar en él. 


Elisabeth Taylor ya había pegado un gran bocado al presupuesto antes de comenzar. Llevándose al final del rodaje 7 millones de dolares de la época. Con ello se convirtió en la actriz mejor pagada del momento. Dejando claro después de los primeros seis meses de rodaje, que se iba a necesitar mucho más dinero para que el proyecto no se convirtiese en una película de serie B. Algo que la actriz no estaba dispuesta a permitir. Como actriz ya era lo suficientemente influyente como para que su opinión se tomara  en cuenta.
Mankiewicz tomó el proyecto 9 o 10 meses después de su comienzo, en un estado de incertidumbre, donde todo el mundo implicado en él cobraba pero apenas trabajaba. El director decidió comenzar de cero, con un nuevo guion que iba escribiendo a medida que rodaba. Se trasladaron a los estudios de Cinecità en Roma. Lugar de predilección de la actriz y donde el clima ayudaría a esta a mejorar de su neumonía de la que casi no sobrevive (a la actriz se le efectuó una traqueotomía de urgencia y estuvo convaleciente varios meses).



A todo esto se añadirá la relación tórrida entre la actriz y Richard Burton, conocido en Hollywood por su afición a tener líos con todas las actrices que se ponían a su alcance. Burton despertará la ternura de la actriz, con quien vivirá uno de los romances más apasionados de la historia del cine. Las parejas de ambos les dejarán durante el rodaje.

El proyecto tenía todos los ingredientes para ser un gran éxito, pero entonces no lo sabía nadie aún. Solo el director, en su visión, sentía que tenía algo muy grande entre manos. Aunque la presión de los estudios y la marcha súbita del productor, le obligo a implicarse tanto (se convirtió en director, guionista y productor) que su salud quedó bastante tocada y necesitó de medicamentos para poder trabajar tantas horas.
El resto del elenco de actores entre los que destacaban Rex Harrison, Martin Landau y Roddy McDowall y una increíble banda sonora a cargo de Alex North, componen esta epopeya que no sólo lo fue en la pantalla, sino que también lo fue durante su interminable rodaje.






La gran química entre Elisabeth Taylor y Richard Burton traspasa la pantalla. Su romance nunca estuvo oculto y llegó hasta el rodaje donde, en las escenas románticas, costaba separarlos. Así que en este aspecto no se les puede recriminar a estos actores sus respectivas interpretaciones. Por su lado Rex Harrison hace un trabajo extraordinario al igual que Roddy McDowall. Este último no recibió un Oscar al mejor actor secundario por un grave error de la Academia. Se le puso en una categoría que no correspondía para su galardón, la de actor principal. Nunca entenderé esto, la verdad.





El personaje de Cleopatra domina la película. Todo gira en torno a ella desde el primer momento en el que aparece. El resto de actores comparten protagonismo, girando entorno a la actriz, sin hacerle sombra. A pesar de las buenas interpretaciones de todos ellos. No va ha ser necesario explicar el argumento, ya conocido por todo el mundo.
La película luce majestuosa. Con enormes decorados, vestuarios e incluso construyeron un barco de verdad para Cleopatra que costó más de 200 mil dolares de la época. El presupuesto inicial se triplicó y la película tardaría años en recuperar el dinero invertido, a pesar del éxito de taquilla. El problema fue que una película de casi 4 horas solo podía tener un único pase diario, lo que se traducía en pocos ingresos a corto plazo.





El director nunca estaría satisfecho del resultado, ya que su idea inicial era hacer dos películas de tres horas cada una. Pero el Estudio le obligó a resumir el metraje en una sola película. Después de esto, aún le obligaron a reducir la duración un poco más, lo que desembocó en la eliminación de casi todas las escenas de actores secundarios, como las del consejero de Cleopatra. Muchos actores vieron como su trabajo desaparecía prácticamente de la película. 
No solo hubiera resultado costoso hacer dos películas, sino que una de ellas se iba a dedicar al romance de Cleopatra con el personaje de Rex Harrison y la segunda (que se estrenaría 6 o 7 meses más tarde) a la relación de Cleopatra con Marco Antonio. Había un gran revuelo en la prensa con la relación entre Taylor y Burton y la productora quería aprovechar la expectativa creada en torno a ellos y no tenían garantías de que aquella relación fuera a aguantar 6 o 7 meses.


Hoy en día se piensa en el material descartado, que esta pendiente de recuperar. Ahora que la película se ha convertido en uno de los clásicos más importantes de la historia del cine, solo es necesario, gracias a las nuevas tecnologías, reconstruir toda la película para crear la versión que al director le hubiese gustado estrenar en 1963.
Después de saber esto, resulta sorprendente como el resultado final convenció a público y crítica. Sin saber nadie, que la mitad de todo lo que se rodó se había quedado en el tintero. Como la versión que conocemos no se va a perder y nos gusta, hay muchas ganas de que algún día, la versión del director se haga realidad...