domingo, 1 de mayo de 2016

GREMLINS

Otra de las películas entrañables que se encuentran en mi memoria cinéfila y que forman parte del legado cultural que me envuelve es Gremlins (1984). El cartel publicitario que se popularizó (no el que se utiliza ahora en los dvd y Bluray y que es pésimo), ya invitaba a una gran aventura, una gran fantasía que nos movía con hambrienta curiosidad a hacer grandes colas en las salas de cine para verla (y eso que el cartel solo sugería). Además había otra garantía de calidad, la producción de Steven Spielberg, que en este caso decidió quedarse sólo en eso y dejarle la dirección a Joe Dante, otro director clásico de los ochenta. Pero el nombre de Spielberg estaba mucho más presente  en el cartel que el del director y es que ver ese nombre en una película era garantía de un producto original, de calidad y divertido.


Gremlins llegó después del enorme éxito de E.T. El Extraterrestre (1982), lo que hizo que muchos las compararan buscando algunas similitudes. Pero Gremlins es notoriamente diferente. Es una inteligente película que utiliza las líneas argumentales del mejor cine de serie B, pero con un presupuesto de gran producción. Aunque no parece una película de gran presupuesto, ni quiere parecerlo. Claramente quiere mostrar una imagen sencilla a pesar de la historia fantástica que cuenta. Precisamente esta simpleza es uno de los puntos más encantadores del filme.


Los efectos especiales tienen mención especial, gracias al gran trabajo realizado con los Gremlins y especialmente con Gizmo, el Mogwai protagonista. La película recibió varios galardones al respecto y también en otras categorías. Aunque todos nos dábamos cuenta que los Gremlins tenían sus fallos, sobre todo cuando se veían de cuerpo entero. Pero estas cosas se aceptaban como algo lógico, nos parecía imposible llegar a hacerlo mejor. Ni habían ordenadores, ni nos imaginábamos lo que podrían hacer en el futuro. Así que asumíamos las limitaciones y por eso hay tantas películas de aquella década que hoy difícilmente aguantan el visionado en cuanto a efectos visuales se refiere. Entonces nos conformábamos.




Sólo los que vivimos aquellos años tenemos una idea clara de la popularidad que alcanzó esta película (como tantas otras contemporáneas). Recuerdo que fue de las últimas películas que fuimos a ver toda la familia. Pronto iba a ser lo suficientemente adulto como para ir sólo y no arrastrar conmigo a nadie y si yo no les arrastraba al cine, nadie más lo haría. Mi futura afición al cine será algo que potenciaré yo sólo o con amigos.


El equilibrio entre comercialidad, originalidad y calidad es patente hasta en los planos más simples. No se puede decir que sea destornillante de risa, pero te mantiene la sonrisa durante todo su metraje, que para mi es mejor. Ver una película manteniendo la sonrisa, sin ser consciente de ello, dice mucho de la misma. Ante todo es una comedia y una comedia con moraleja sobre la responsabilidad.

Un padre le regala a su hijo una extraña mascota llamada Gizmo. Antes fue advertido de la gran responsabilidad que implica su cuidado y advertido de las consecuencias de no hacerlo bien. Pero aún así, el padre decide regalar la mascota a su hijo. Este quedará prendado de Gizmo y el Mogwai se dejará querer como buena mascota que es. Pero varios errores humanos convertirán la experiencia en un terrible y mortal problema para todo el pueblo.
Una película que ironiza sobe las navidades, Santa Claus...etc. En contra de las visiones que de este tema se podían ver en otras películas.



Posiblemente uno de los mejores momentos sea la secuencia donde todos los Gremlins se reúnen en el cine para ver Blanca Nieves y Los 7 Enanitos. Aunque a mi me fascinan las escenas protagonizadas por el encantador Gizmo: cuando disfruta en la cama de una película, cuando al entrar en el cuarto de baño grita "bombilla!, bombilla!", aludiendo a su debilidad ante la luz fuerte, o cuanto niega la ofrenda de comida de su amo, después de las doce de la noche, mostrando una responsabilidad que los humanos no saben asumir igual.




Tal éxito requería de una segunda entrega, que no fue tan acertada. Ya que el efecto sorpresa y las moralejas no se pueden repetir dos veces. La segunda parte  tuvo bastante éxito pero menos que la primera y no ha conseguido convertirse en inolvidable. La primera era más intimista, la nueva era más cómica y diría que más infantil. Justo en el momento de escribir esta entrada se anuncia una tercera entrega que seguro tendrá unos efectos especiales apabullantes pero nada de encanto.



Un ejemplo encantador de cine bien hecho, divertido y entretenido que sorprenderá incluso a los más jóvenes por su idea original, aunque se quede corto en efectos y acción vertiginosa. Hay que enamorarse de las historias (incluso las fantásticas) y no sólo de la acción.



sábado, 2 de abril de 2016

SUPERMAN

Hay muchas películas entrañables que cuesta ver hoy en día, básicamente porque sus efectos especiales no han aguantado el paso del tiempo y cuesta mucho hacer entender a los jóvenes de ahora el porque de esa pasión con este tipo de películas anticuadas y/o viejas. Superman (1978), dirigida por Richard Donner, es uno de esos ejemplos. Posiblemente estemos ante otro ataque de nostalgia (seguro que si), pero también es verdad que Superman despide un romanticismo y una inocencia que ya no es posible encontrar hoy en día. Además del encanto de Christopher Reeve, el actor que mejor ha encarnado al super-héroe de Crypton. 
Tuvo una excelente recepción cuando se estrenó, tanto de crítica (hoy sería impensable que la crítica apoyase un producto así), como de público. A pesar de lo que hemos comentado sobre sus efectos visuales, recibió un premio especial de la academia por ello y fue nominada a tres Oscar, entre los que se encuentra el de mejor banda sonora, premio que debió haber ganado.
El tema de los efectos especiales en este tipo de películas es muy importante y en aquellos años las posibilidades eran, como bien sabemos, muy limitadas. Así que romperé una lanza en su favor, ya que viéndola hoy vemos que hay muchos momentos que se salvan a pesar de todo. Lo que nos viene a decir que se hizo muy bien para aquella época. 


La música que el gran John Williams ingenió para esta película es, como poco, espectacular. Una obra maestra que resonó durante aquel año y el siguiente y que vendió millones de discos. Es uno de sus pilares indiscutibles, junto con el magnetismo de Christopher Reeve. El actor encandiló a propios y extraños y convenció tanto que hoy en día, cada vez que se estrena otra nueva epopeya del héroe, los mayores sentimos nostalgia del él.


Además cuenta con la participación de actores de la talla de Marlon Brando, Gene Hackman y Glenn Ford en su última aparición en cine. También hemos de nombrar a Margot Kidder interpretando genialmente a Loise Laine.
La película narra la historia del super-héroe desde sus inicios en su planeta natal. Nos muestra como sus padres salvan su vida enviándolo a la Tierra, ante la inminente destrucción del planeta Crypton.
Continúa narrando su viaje hacia el planeta Tierra, mientras es instruido en todos los pormenores relativos al estilo de vida de los terrestres. Una vez en la Tierra será acogido por unos ancianos y criado hasta su mayoría de edad. En esta nueva etapa nos mostrará la adolescencia del héroe hasta su traslado a Metropolis y su nueva vida como periodista del Daily Telegraph. Donde dará a conocer su álter ego: Superman.


Se barajaron muchos actores para interpretar al héroe y la opción definitiva resultó ser la elección de un actor nuevo y desconocido. Lo cierto es que fue la elección más acertada, no sólo porque el actor resultó ser un gran actor, sino también porque sus facciones reflejaban la imagen idealizada en el cómic desde sus inicios. 



Este filme inició una saga de hasta cuatro películas, con cada vez menos empuje. Se cuenta que la mayor parte de Superman II se filmó al mismo tiempo que la primera. De hecho, si te quedabas a ver los créditos finales de la primera (algo que entonces hacíamos de forma habitual), al final de esos títulos aparecía siempre: "Coming soon Superman II". Normalmente las secuelas se planteaban después del éxito de la primera y no antes.
Es por eso que no hay cambios físicos en los actores entre la primera y la segunda, algo que suele pasar cuando hay diferencia en años entre una y otra película.




Margot Kidder resultó ser también la perfecta Loise Laine. A esta actriz le ocurrió algo parecido a lo que le pasó a Karen Allen en "En Busca del Arca Perdida". No son las mujeres más bellas ni despampanantes y tampoco son demasiado jóvenes, lo que las hace perfectas. Les da una dosis de credibilidad que no tienen otras compañeras de héroes, que venden más físico que carisma.


La fotografía es y recrea una ambientación muy cercana al cómic, pero sin ser una caricatura. En realidad es una de las películas más naturales dentro de este tipo de temáticas. Ya que la ambientación no es ni gótica, ni artificial, ni recargada, ni requiere de ninguna atmósfera rara como ocurre en otros filmes. Toda la película muestra una Metropolis y unas escenas razonablemente reales.





Recuerdo la fiebre que siguió al estreno de esta película, tanto los cromos, como la colección de imágenes que aparecían en los tapones y chapas de una famosa bebidas de cola. Recuerdo también tener un póster parecido al de arriba, que me regaló esa marca de refrescos (aunque pudo haber sido cualquier otra, la memoria ya falla a veces).

Álbum de cromos oficial

El merchandising era limitado en España en aquellos años y muchas veces se reducía a cromos y más cromos, además de anuncios, algún libro, discos (la banda sonora) y pósteres en todas las revistas de actualidad (Pronto, Lecturas..etc). Los juguetes rara vez llegaban. Así que los niños y jóvenes nos agarrábamos a esos cromos como si nos fuera la vida en ello. Para la mayoría era la única opción (después de ver la película), de continuar alargando el recuerdo de la misma en el tiempo. Era fácil, ya que podía pasarse más de un año en los cines y daba tiempo a completar una de esas colecciones de cromos sin prisa, sobretodo porque no teníamos mucho dinero. Así que nos recreábamos tanto y tanto tiempo, que el recuerdo que guardamos de todo aquello es muy grande y esta cargado de mucha nostalgia.





La preparación física a la que el actor se sometió para dar vida al superhéroe fue excepcional. Su entrenador fue, ni más ni menos que Dave Prowse (Darth Vader), además de seguir una dieta estricta y rica en proteínas. El resultado fue una forma física de primera categoría, a la altura de los mejores atletas. Su masa muscular aumentó hasta el punto de poder vestir el traje azul y rojo con orgullo. Pocos pueden decir eso, ya que el resto de super hombres del cine o tienen mucho relleno o tienen mucho ordenador (o ambas cosas). El traje esta compuesto por mallas que no dan lugar a ningún truco, lo que se marca es lo que hay y el volumen es real, como no existían los efectos por ordenador no se pudo falsear nada y lo de los rellenos era algo que no entraba en la cabeza a nadie en aquellos años. Se hubiese notado y hubiese convertido al personaje en algo ridículo.






Un gran clásico, interesante y sobre todo muy atractivo de ver gracias a Christopher Reeve, el mejor Superman que ha existido nunca. Otros tendrán más músculos pero mucho menos encanto.


lunes, 14 de marzo de 2016

CASABLANCA

La primera vez que vi Casablanca quedé impactado por las interpretaciones y la química existente entre Humphrey Bogart e Ingrid Bergman. Una sencilla historia de amor ambientada en Marruecos durante la Segunda Guerra Mundial y el régimen de Vichi, se convirtió en el contexto perfecto para un amor imposible y mítico.
Todos y cada uno de los personajes son entrañables e interesantes y creo que Humphrey Bogart consigue aquí uno de sus mejores papeles. Nunca tuve predilección por este actor, pero creo que en este filme se sale. Sin quererlo y sin esperarlo esta película se convirtió en una de mis favoritas.


El éxito en su momento del estreno (1942) fue considerable, aunque tampoco se puede decir que reventara las taquillas. La fama que tiene actualmente la ha ido ganando con los años, gracias a la consideración del público, especialmente en Estados Unidos. Poco a poco la película ha ido envejeciendo y ganando solera, como el buen vino. El boca a boca y los medios han hecho que su nombre haya perdurado más y mejor que otras películas contemporáneas y hoy en día ha alcanzado el titulo de clásico y su posición en el pedestal que merece. Lo mejor es que no fue creada con esa intención, ni es pretenciosa, ni manida y ni los estudios, ni los actores, esperaban que esta película llegase tan alto.


Nominada a ocho Oscar, de los cuales ganó tres: mejor guión, mejor dirección y mejor película, con lo cual, esta claro que al menos la academia de Hollywood vio en ella algo especial. Lo que contrasta con la falta de expectación que creo entre los entendidos y las productoras de la época.
Superado el paso de los años, se puede decir que todo el mundo coincide en que estamos ante una obra maestra, un hito en la carrera de su director Michael Curtiz.




En ella se encuentran algunos de los momentos más recordados y míticos de la historia del cine. Como la interpretación de tema "As Time Goes by" o las frases "Siempre nos quedará Paris" y "Tócala Sam"..(aunque la percepción y el boca a boca la haya convertido en "Tócala otra vez, Sam").
Desgraciadamente ninguno de los escenarios que aparecen son reales, ni tampoco existió nunca el Rick´s Café, aunque en la Casablanca real se hayan inventado uno para sacar provecho de algún despistado turista.Todo fue creado en interiores y con cartón piedra en muchos casos.







El resto de actores secundarios le dan una solidez tremenda a la historia y en general a la película. Todos ellos con interpretaciones, como mínimo, buenas. Un ejemplo puede ser el personaje de Ugarte, que interpreta Peter Lorre, un secundario de lujo.

La fotografía (en blanco y negro), es excepcional desde mi punto de vista. Lo que crea una atmósfera muy especial y le confiere ese aire mágico y encantador, como de cuento. Ese fue otro de los puntos importantes que me fascinaron cuando la vi por primera vez.



Pero si hay algo que me enamoró fue las miradas, los sentimientos y la química que respiran sus dos personajes principales. Sólo en algunas miradas ya se entrevé la tensión, el dolor, el nerviosismo o la pasión contenida de ese amor que quiere pero no puede. Una obra encantadora y que nadie se debería perder.