La película tiene todos los condimentos para ser éxito. Además posee las cualidades para ser un producto de los 80 siendo una película actual. A diferencia de Cazafantasmas (1984), esta está protagonizada por niños. Lo que la acerca mucho a títulos como Goonies, Exploradores, E.T., o a la serie, que también está inspirada en esta década: Stranger Things.
Puede que a algunos les hubiese gustado un producto que se diferenciada del original mucho más. Pero al fin y al cabo, eso es querer algo que les gusta a ellos, pero no a otros. Cuando decimos otros, nos referimos a los millones de fans de la película de 1984. Que agradecerán que esta nueva apuesta este hilada a la primera como lo está. Que prácticamente se merece ser la segunda parte de la primera película de los ochenta. Recordemos que existe una segunda parte, Cazafantasmas 2 (1989), también muy divertida.
En algunos blogs americanos explican que esta nueva entrega continua desde la segunda parte de la saga. Ya que ambas películas (las antiguas), narran hechos similares que acontecen en la misma ciudad durante el mismo periodo de tiempo. Los personajes son prácticamente los mismos en las dos películas. Así que tiene bastante sentido que todo lo que acontece en Más Allá sea herencia también de Cazafantasmas 2 y no de la primera tan solo.
Preferimos pensar aquí, que mientras Vigo fue derrotado permanentemente en la segunda entrega, Gozer se mantuvo dormido durante ese tiempo, débil pero no derrotado. De no ser así, se estaría ignorando la segunda entrega y eso no nos gusta demasiado. Ignorar la de 2016 nos parece normal, pero la de 1989, donde aparece Harold Ramis (Egon), no nos parece correcto. Lo entenderéis cuando sepáis de que va la nueva película.
(¡Ojo, vamos a dar información del argumento, regresa aquí después de ver la película!)
En esta nueva aventura, una familia, compuesta por los protagonistas, pierden a su abuelo, que fallece. Un hombre huraño y de mal carácter que vive aislado en un pueblo perdido en la América profunda. Todos están convencidos de que era una persona solitaria, rara y que no le importaba nada más que si mismo.
El mal estado económico de la familia, que se refleja en la madre, que no dispone de sustento suficiente para mantener a su familia en la posición actual, obligan a esta a trasladarse a la vivienda de su familiar fallecido. Vivienda que ahora les pertenece.
Se trata de una caserón destartalado, más propio de una película de terror. Una vivienda abandonada y descuidada que se convertirá en su nueva casa.
En ella están escondidos los secretos más profundos del abuelo de los chicos (que luego se descubrirá que es Egon). Secretos que los chicos nunca pensarían que iban a descubrir.
Poco a poco descubren la mala impresión que su abuelo causaba en la gente del pueblo. Al mismo tiempo, van trasteando la nueva vivienda, que les va desvelando sus secretos escondidos. Al final los chicos descubren el Ecto-1, el coche de los Cazafantasmas, al igual que todo el equipo de cachivaches que utilizaban durante sus trabajos. Los jóvenes, acompañados ahora de nuevos amigos, se sorprenden del descubrimiento y comienzan a atar cabos.
Al mismo tiempo, una sucesión de terremotos asola el pueblo a diario y desde hace mucho tiempo. Nadie sabe el porqué, ya que en la zona no hay fallas, ni motivos conocidos para la actividad sísmica.
Nadie creyó a Egon cuando explicó a todo el mundo (incluidos sus ex-compañeros Cazafantasmas), lo que estaba a punto de suceder en ese lugar. Así que se vio obligado a instalarse allí, abandonando a toda su familia para montar guardia y detener al inframundo y a Gozer. Que seguía atrapado gracias a él, pero que constantemente luchaba por liberarse. Durante más de 30 años Egon detuvo a Gozer, mientras le quedó un hálito de vida esa fue su misión. Pero una vez desaparecido era cuestión de tiempo que el desastre se desatara.
Los primeros contactos con fantasmas por todo el pueblo, anuncian lo que va a suceder. Inevitablemente Gozer escapa de su dimensión y entra en nuestro mundo. La histeria se desata y el resto de demonios regresan del inframundo del mismo modo que lo hicieron en 1984.
Esta parte de la película repite de tal modo lo que sucede en la primera, que parece una copia. Quizás es cierto que se podría haber planificado algo diferente. Aunque el que quiera podrá justificarlo a nivel argumental. Gozer se rodea de sus perros y necesita de la misma fórmula (Maestro de las llaves + Guardiana de la puerta), para llegar a nuestra dimensión. Lo necesitó en los ochenta y lo necesita ahora.
Lo más interesante es que el personaje de Harold Ramis (Egon), es el pilar indiscutible de todo el argumento, a pesar de no estar presente en la película. Lo que constituye un impresionante homenaje al desaparecido actor. Él es el inductor de todo y de forma muy ingeniosa estará presente en muchas de las escenas de la película. Su recuerdo, sus actos y su memoria estarán presentes desde el inicio, sea de un modo u otro. Incluso regresará como un fantasma más, pero esta vez para ayudar.
Esta será la parte que más llegará a los fans. La mayoría no podrán evitar derramar alguna lágrima en el momento final, cuando Harold Ramis hace su aparición como fantasma. Para ayudar a su nieta con el desintegrador de partículas y de este modo unirse al resto de los Cazafantasmas originales, que han aparecido por sorpresa. Se producirá un momento nostálgico sin igual que muchos no esperaban. (si habéis leído esto sin ver la película, ahora os estaréis arrepintiendo).
Los efectos especiales también conservan su esencia ochentera. Ya que para algunos de ellos se han utilizado maquetas, tal y como se hizo en la original (hablamos de los perros-demonio). Esto mantiene la estética original.
Hubiese sido mucho más fácil utilizar el personaje de Bill Murray para alimentar la historia. Pero han preferido convertir la experiencia en un gran homenaje a Harold. Lo cual nos parece entrañable y que funciona muy bien. Algo bastante ingenioso que muchos fans (como yo mismo), no esperarán y que les hará emocionarse.
Desde NostromoCine hemos llegado a la conclusión que Cazafantasmas Más Allá (Nos gusta más el original: Afterlife), es una gran película. Con todo el espíritu de los 80 condensado en un gran homenaje.