Ben-Hur es una de esas películas épicas de la historia del cine que se convierten en importantes, entre otros motivos, por traspasar épocas y conseguir convencer a pesar del paso del tiempo. Su interesante historia, mezclada con religión, algo muy típico en las películas de romanos, y con culebrón familiar, resulta sólida aún hoy en día.
A mi me ganó hace mucho, pero ocurrió poco a poco, casi sin darme cuenta. Me vi seducido por su historia, su fotografía e incluso sus espectaculares imágenes. Ya que la carrera de cuadrigas continúa siendo tan espectacular como lo fue el día de su estreno. Lo que dice mucho de una película que ya tiene la friolera de 57 años (se estrenó en 1959).
Por todo esto es posible que sea la mejor (o una de las mejores) películas de la historia.
No fue la primera película que narró la historia que relata el escritor Lewis Wallace en su libro de mismo titulo y que de joven me animé a leer, fantástico libro por cierto. Ya que hubo una primera versión cinematográfica (muda) en 1925. Así que esta sería una adaptación de la primera.
Pero esta versión utilizó todos los medios y grandeza del Hollywood de aquellos años. Continúa siendo la película con los decorados más grandes jamás construidos y su presupuesto fue gigantesco para la época. Consiguió ser el filme más taquillero de aquel año y el segundo más taquillero de la historia (después de Lo Que el Viento se Llevó). Todo ese esmero se ve reflejado en el resultado, ya que desde el vestuario, hasta la música, todo es un gran espectáculo digno de ser visto. Quizás por ello batió el récord de 11 premios Oscar (y tres Globos de oro), entre ellos mejor película y mejor director (William Wyler) y mejor actor (Charlton Heston).
Los actores están excelentes en general, aunque la forma de interpretar de aquel cine nada tiene que ver con lo que se exige hoy en día. En aquellos años no se tenía conciencia de lo que era cine comercial, sólo eran películas y todas buscaban lo mismo, conseguir gustar al público y recaudar lo máximo posible. Hoy la recaudación es lo importante también (aún más), pero al cine de hoy ha de sufrir el desprecio de muchos, que reniegan de él por ser comercial. Una moda como otra, un habito que parece hace más culto al que desprecia con respecto al que dice que le gusta. Sin darse cuenta los primeros, que en la variedad está el gusto y que hay que saber ver de todo, sin exigir lo mismo siempre. Gustar, puede gustar o no, pero el adjetivo "comercial", no hace mala una película. Del mismo modo que el cine de autor, no es bueno siempre, por muy de autor que sea, o ni siendo buena una película ha de interesar a todo el mundo (es todo tan subjetivo). Hoy en día Ben-Hur sería una película comercial.
La religión esta muy bien introducida en la historia. De hecho en casi todas las películas de Hollywood que tocan esta época la religión está presente. Ya que los hechos históricos coinciden con los religiosos y esto es algo que la industria del cine utilizaba a menudo porque gustaba mucho al público de antes. El trasfondo es religioso en toda la película y es otro personaje en sí mismo, que influencia el argumento central llegando a cambiar los acontecimientos. No contaremos la película, ya que es bien conocida por todos, al menos por todos los que estén leyendo esto ahora y a los que no la han visto, no les interesará saber de que va antes de verla.
Pronto habrá un remake de esta gran película, evidentemente sufrirá de todos los prejuicios inherentes al ser una copia y al ser un producto comercial de nueva cuña y además será poco interesante o simplemente mala, es posible. Lo cual abre el debate de si todo el cine antiguo de gran formato (superproducciones) ha de ser recuperado en nuevas películas que no aporten nada interesante. Pero que conste, no por ser comerciales, si no por no ser interesantes. Estoy convencido que me quedaré con esta versión. Del mismo modo que prefiero la antigua Desafio Total o la antigua Conan, El Barbaro...; Pero recordemos una cosa: Esta gran película también fue un remake...
A mi me ganó hace mucho, pero ocurrió poco a poco, casi sin darme cuenta. Me vi seducido por su historia, su fotografía e incluso sus espectaculares imágenes. Ya que la carrera de cuadrigas continúa siendo tan espectacular como lo fue el día de su estreno. Lo que dice mucho de una película que ya tiene la friolera de 57 años (se estrenó en 1959).
Por todo esto es posible que sea la mejor (o una de las mejores) películas de la historia.
No fue la primera película que narró la historia que relata el escritor Lewis Wallace en su libro de mismo titulo y que de joven me animé a leer, fantástico libro por cierto. Ya que hubo una primera versión cinematográfica (muda) en 1925. Así que esta sería una adaptación de la primera.
Pero esta versión utilizó todos los medios y grandeza del Hollywood de aquellos años. Continúa siendo la película con los decorados más grandes jamás construidos y su presupuesto fue gigantesco para la época. Consiguió ser el filme más taquillero de aquel año y el segundo más taquillero de la historia (después de Lo Que el Viento se Llevó). Todo ese esmero se ve reflejado en el resultado, ya que desde el vestuario, hasta la música, todo es un gran espectáculo digno de ser visto. Quizás por ello batió el récord de 11 premios Oscar (y tres Globos de oro), entre ellos mejor película y mejor director (William Wyler) y mejor actor (Charlton Heston).
Evidentemente este tipo de cine clásico contiene mucho de nostalgia, una nostalgia más propia de generaciones anteriores y que no debería embargarme a mi. Pero así es, y es que los de mi generación no solo crecimos con el cine de los ochenta. Cuando éramos niños estas películas eran habituales en la tele, ya que el cine que veíamos en las salas no aparecía en tv hasta muchos años después de su estreno (y muchas veces ni así). Sólo con la llegada del VHS empezó a cambiar la cosa. Pero como no había más donde mirar, todos nos empapábamos con todas esa películas del Hollywood dorado y sin darnos cuenta forman parte de nuestro recuerdo también. Un cine antiguo que merece un respeto que mucho del cine actual no conseguirá nunca, a pesar de la taquilla que puedan hacer y es que el buen hacer de aquellas películas cuesta encontrarlo hoy en día y sobre todo (y no me canso de repetirlo), esa inocencia que despiden.
El filme se rodó en Italia (Cinecitá), donde se acuerdan mucho de este rodaje debido a que los actores y el equipo se dejaron ver por Roma en diferentes ocasiones. Son recordadas las excursiones en Vespa de Charlton Heston. La producción y diseño de decorados, vestuario y resto de atrezo mantuvo ocupado a cientos de artesanos de todo tipo y es que antes las cosas se tenía que crear de cero (y convertirlas en una realidad palpable). La carrera de cuadrigas se preparo durante todo un año, antes de su rodaje. Importando caballos y entrenándolos para tal espectáculo. Por cierto los caballos que luce Charlton Heston (en la Película Judá Ben-Hur), son de pura raza española.
En resumen, todo lo que se ve en la película y sobretodo en esa gran carrera es real. Tan solo los fondos son dibujos y algunos otros decorados de otras escenas cartón piedra.
Hoy en día sería muy sencillo recrear tal escenario por ordenador, hemos visto cosas más complicadas ya. Por eso este tipo de cine requiere de mucho respeto y de mucha atención. Pues el trabajo que tiene su rodaje es colosal y repleto de mérito.
Los actores están excelentes en general, aunque la forma de interpretar de aquel cine nada tiene que ver con lo que se exige hoy en día. En aquellos años no se tenía conciencia de lo que era cine comercial, sólo eran películas y todas buscaban lo mismo, conseguir gustar al público y recaudar lo máximo posible. Hoy la recaudación es lo importante también (aún más), pero al cine de hoy ha de sufrir el desprecio de muchos, que reniegan de él por ser comercial. Una moda como otra, un habito que parece hace más culto al que desprecia con respecto al que dice que le gusta. Sin darse cuenta los primeros, que en la variedad está el gusto y que hay que saber ver de todo, sin exigir lo mismo siempre. Gustar, puede gustar o no, pero el adjetivo "comercial", no hace mala una película. Del mismo modo que el cine de autor, no es bueno siempre, por muy de autor que sea, o ni siendo buena una película ha de interesar a todo el mundo (es todo tan subjetivo). Hoy en día Ben-Hur sería una película comercial.
La religión esta muy bien introducida en la historia. De hecho en casi todas las películas de Hollywood que tocan esta época la religión está presente. Ya que los hechos históricos coinciden con los religiosos y esto es algo que la industria del cine utilizaba a menudo porque gustaba mucho al público de antes. El trasfondo es religioso en toda la película y es otro personaje en sí mismo, que influencia el argumento central llegando a cambiar los acontecimientos. No contaremos la película, ya que es bien conocida por todos, al menos por todos los que estén leyendo esto ahora y a los que no la han visto, no les interesará saber de que va antes de verla.
Pronto habrá un remake de esta gran película, evidentemente sufrirá de todos los prejuicios inherentes al ser una copia y al ser un producto comercial de nueva cuña y además será poco interesante o simplemente mala, es posible. Lo cual abre el debate de si todo el cine antiguo de gran formato (superproducciones) ha de ser recuperado en nuevas películas que no aporten nada interesante. Pero que conste, no por ser comerciales, si no por no ser interesantes. Estoy convencido que me quedaré con esta versión. Del mismo modo que prefiero la antigua Desafio Total o la antigua Conan, El Barbaro...; Pero recordemos una cosa: Esta gran película también fue un remake...
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