sábado, 2 de abril de 2016

SUPERMAN

Hay muchas películas entrañables que cuesta ver hoy en día, básicamente porque sus efectos especiales no han aguantado el paso del tiempo y cuesta mucho hacer entender a los jóvenes de ahora el porque de esa pasión con este tipo de películas anticuadas y/o viejas. Superman (1978), dirigida por Richard Donner, es uno de esos ejemplos. Posiblemente estemos ante otro ataque de nostalgia (seguro que si), pero también es verdad que Superman despide un romanticismo y una inocencia que ya no es posible encontrar hoy en día. Además del encanto de Christopher Reeve, el actor que mejor ha encarnado al super-héroe de Crypton. 
Tuvo una excelente recepción cuando se estrenó, tanto de crítica (hoy sería impensable que la crítica apoyase un producto así), como de público. A pesar de lo que hemos comentado sobre sus efectos visuales, recibió un premio especial de la academia por ello y fue nominada a tres Oscar, entre los que se encuentra el de mejor banda sonora, premio que debió haber ganado.
El tema de los efectos especiales en este tipo de películas es muy importante y en aquellos años las posibilidades eran, como bien sabemos, muy limitadas. Así que romperé una lanza en su favor, ya que viéndola hoy vemos que hay muchos momentos que se salvan a pesar de todo. Lo que nos viene a decir que se hizo muy bien para aquella época. 


La música que el gran John Williams ingenió para esta película es, como poco, espectacular. Una obra maestra que resonó durante aquel año y el siguiente y que vendió millones de discos. Es uno de sus pilares indiscutibles, junto con el magnetismo de Christopher Reeve. El actor encandiló a propios y extraños y convenció tanto que hoy en día, cada vez que se estrena otra nueva epopeya del héroe, los mayores sentimos nostalgia del él.


Además cuenta con la participación de actores de la talla de Marlon Brando, Gene Hackman y Glenn Ford en su última aparición en cine. También hemos de nombrar a Margot Kidder interpretando genialmente a Loise Laine.
La película narra la historia del super-héroe desde sus inicios en su planeta natal. Nos muestra como sus padres salvan su vida enviándolo a la Tierra, ante la inminente destrucción del planeta Crypton.
Continúa narrando su viaje hacia el planeta Tierra, mientras es instruido en todos los pormenores relativos al estilo de vida de los terrestres. Una vez en la Tierra será acogido por unos ancianos y criado hasta su mayoría de edad. En esta nueva etapa nos mostrará la adolescencia del héroe hasta su traslado a Metropolis y su nueva vida como periodista del Daily Telegraph. Donde dará a conocer su álter ego: Superman.


Se barajaron muchos actores para interpretar al héroe y la opción definitiva resultó ser la elección de un actor nuevo y desconocido. Lo cierto es que fue la elección más acertada, no sólo porque el actor resultó ser un gran actor, sino también porque sus facciones reflejaban la imagen idealizada en el cómic desde sus inicios. 



Este filme inició una saga de hasta cuatro películas, con cada vez menos empuje. Se cuenta que la mayor parte de Superman II se filmó al mismo tiempo que la primera. De hecho, si te quedabas a ver los créditos finales de la primera (algo que entonces hacíamos de forma habitual), al final de esos títulos aparecía siempre: "Coming soon Superman II". Normalmente las secuelas se planteaban después del éxito de la primera y no antes.
Es por eso que no hay cambios físicos en los actores entre la primera y la segunda, algo que suele pasar cuando hay diferencia en años entre una y otra película.




Margot Kidder resultó ser también la perfecta Loise Laine. A esta actriz le ocurrió algo parecido a lo que le pasó a Karen Allen en "En Busca del Arca Perdida". No son las mujeres más bellas ni despampanantes y tampoco son demasiado jóvenes, lo que las hace perfectas. Les da una dosis de credibilidad que no tienen otras compañeras de héroes, que venden más físico que carisma.


La fotografía es y recrea una ambientación muy cercana al cómic, pero sin ser una caricatura. En realidad es una de las películas más naturales dentro de este tipo de temáticas. Ya que la ambientación no es ni gótica, ni artificial, ni recargada, ni requiere de ninguna atmósfera rara como ocurre en otros filmes. Toda la película muestra una Metropolis y unas escenas razonablemente reales.





Recuerdo la fiebre que siguió al estreno de esta película, tanto los cromos, como la colección de imágenes que aparecían en los tapones y chapas de una famosa bebidas de cola. Recuerdo también tener un póster parecido al de arriba, que me regaló esa marca de refrescos (aunque pudo haber sido cualquier otra, la memoria ya falla a veces).

Álbum de cromos oficial

El merchandising era limitado en España en aquellos años y muchas veces se reducía a cromos y más cromos, además de anuncios, algún libro, discos (la banda sonora) y pósteres en todas las revistas de actualidad (Pronto, Lecturas..etc). Los juguetes rara vez llegaban. Así que los niños y jóvenes nos agarrábamos a esos cromos como si nos fuera la vida en ello. Para la mayoría era la única opción (después de ver la película), de continuar alargando el recuerdo de la misma en el tiempo. Era fácil, ya que podía pasarse más de un año en los cines y daba tiempo a completar una de esas colecciones de cromos sin prisa, sobretodo porque no teníamos mucho dinero. Así que nos recreábamos tanto y tanto tiempo, que el recuerdo que guardamos de todo aquello es muy grande y esta cargado de mucha nostalgia.





La preparación física a la que el actor se sometió para dar vida al superhéroe fue excepcional. Su entrenador fue, ni más ni menos que Dave Prowse (Darth Vader), además de seguir una dieta estricta y rica en proteínas. El resultado fue una forma física de primera categoría, a la altura de los mejores atletas. Su masa muscular aumentó hasta el punto de poder vestir el traje azul y rojo con orgullo. Pocos pueden decir eso, ya que el resto de super hombres del cine o tienen mucho relleno o tienen mucho ordenador (o ambas cosas). El traje esta compuesto por mallas que no dan lugar a ningún truco, lo que se marca es lo que hay y el volumen es real, como no existían los efectos por ordenador no se pudo falsear nada y lo de los rellenos era algo que no entraba en la cabeza a nadie en aquellos años. Se hubiese notado y hubiese convertido al personaje en algo ridículo.






Un gran clásico, interesante y sobre todo muy atractivo de ver gracias a Christopher Reeve, el mejor Superman que ha existido nunca. Otros tendrán más músculos pero mucho menos encanto.